El mal aliento, conocido como halitosis, es muy común y fácil de tratar, siempre y cuando lo hagamos a tiempo. Este problema no solo es incómodo, sino que puede provocar alteraciones en el estado de ánimo de quienes la padecen.
Es importante primero identificar el origen de la halitosis, pues no todas son iguales. Se deben formular varias preguntas: ¿Es un mal aliento persistente? ¿Puede estar provocado por la ingesta de ciertos alimentos? ¿Hablamos de halitosis crónica o halitosis temporal?
A continuación, hablaremos sobre algunos tipos de halitosis:
Tipos de halitosis
- Halitosis temporal
En ocasiones, alimentos como la cebolla, el ajo, los lácteos, el alcohol o sustancias como el tabaco pueden provocar mal aliento durante unos minutos o incluso horas. Se trata de la halitosis temporal y es la más fácil de tratar. La solución, en este caso, consiste en detectar qué alimento o sustancia nos lo provoca y tratar de evitar su ingesta. Sobre todo, si se trata de productos dañinos que pueden afectar a nuestra salud a más niveles. También es fundamental que, si consumimos un alimento que sabemos que nos provoca halitosis, pongamos remedio cuanto antes con una buena rutina de salud bucal (hilo dental, cepillado y enjuague bucal). Recuerda cepillarte los dientes como mínimo media hora después de comer.
- Halitosis crónica
La halitosis crónica está cerca del 70% de los casos provocada por un exceso de bacterias anaerobias Gram negativas, que metabolizan restos de alimento, saliva, etc., produciendo compuestos volátiles responsables del mal aliento.
Es importante tener en cuenta que, si no hacemos hincapié en nuestra rutina de higiene bucal, tenemos más posibilidades de padecerla. La causa más habitual que da lugar a este tipo de halitosis es la ausencia de cepillado después de la última comida del día. Cuando nos vamos a dormir, las bacterias de la boca están muchas horas en descomposición y producen compuestos volátiles de sulfuro que generan mal olor. Además, si ésta halitosis está acompañada de otras afecciones como la gingivitis, periodontitis o caries, puede provocar grandes estragos en nuestras bocas. ¡Acude cuanto antes al dentista si este es tu caso!.
Técnicas para tratar el mal aliento
– Cepilla tus dientes mínimo dos veces al día: Este paso es fundamental para luchar contra el mal aliento y mantener nuestra salud bucal. No olvides cepillarte durante dos a tres minutos, recorriendo todas las caras de los dientes con una pasta dentífrica que se adapte a tus necesidades. Además es muy importante que nos cepillemos antes de ir a dormir ya que durante la noche proliferan más las bacterias que causan la halitosis.
También no olvides tu lengua, las papilas gustativas y los pliegues de la lengua acumulan residuos que no se perciben a simple vista pero que, sin embargo, dan lugar al mal aliento. Mientras te lavas los dientes, no olvides pasar el cepillo por la lengua. También puedes utilizar un raspador de lengua.
- Convierte el hilo dental o los cepillos interdentales en parte de tu rutina
Perfecciona la higiene mediante el uso de interdentales. Debes limpiar entre los dientes para eliminar el acumulo de bacterias y alimentos en descomposición que se quedan ahí y provocan mal olor. Puede que el hilo dental no te resulte muy cómodo de utilizar si no lo has utilizado nunca con asiduidad. Por este motivo, puedes optar por el uso de los flosser dental que ayudarán a realizar la tarea de una manera más cómoda.
- Enjuague bucal
Utiliza un enjuague bucal como mínimo, una vez al día. Junto con el cepillado y el interdental, son los tres elementos indispensables para tener una boca saludable. En este caso, el enjuague, al ser líquido, llega a todos los rincones de la boca a los que el cepillo no tiene acceso. Así, ayuda a eliminar restos de comida y aporta distintas propiedades según su composición, como puede ser la eliminación de bacterias.
- Recuerda beber suficiente agua
Beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día te ayudará a evitar la sequedad de la boca, que puede hacer que el mal aliento sea más evidente. Además, el agua ayuda a arrastrar partículas de comida y bacterias, permitiendo mantener el mal olor bajo control.
- Evita el tabaco
El tabaco da lugar a muchos problemas de salud y, además, contribuye a tener mal aliento. Después de fumar, la boca se queda seca y el olor del tabaco permanece, incluso después de cepillarte los dientes.
- Mastica frutas frescas
La manzana, por ejemplo, puede convertirse en tu gran aliada contra el mal aliento. Al masticarla, aumentamos el flujo de saliva que arrastra las bacterias de los dientes, la lengua y las encías. Además, también puedes consumir chicles con xilitol, compuesto que impide el crecimiento de bacterias en la boca, combatiendo así la halitosis.
- No olvides ir al dentista una vez al año
Es recomendable acudir al dentista, al menos, una vez al año. Además de realizarte una limpieza, menciona al dentista los problemas que sientes en la boca, como la halitosis, para que pueda descubrir cuál es la causa y qué puedes hacer para solucionarlo. Si el mal aliento es debido a alguna patología bucal, hasta que no se trate no desaparecerá.
No debemos olvidar que la halitosis puede ser un síntoma de enfermedades no bucales, como por ejemplo la gastritis crónica o desencadenarse del consumo de determinados medicamentos. Por este motivo, hay que descartar cuanto antes la presencia de infecciones bucales. Si la causa de la halitosis no reside en la boca, debemos acudir al médico para estudiar el origen y definir el tratamiento oportuno.