Dentro de todo lo positivo que tiene el verano, el sólo tener más tiempo implica un beneficio para la salud dental pues ya no habrá justificación para aplazar ese tratamiento pendiente. Los días de relajación ayudan, por ejemplo, a reducir el bruxismo y los rayos del sol, en su justa medida, aporta la vitamina D tan necesaria para los dientes.
-Sol y vitamina D: Tomar sol, con la protección recomendada, nos trae muchos beneficios para nuestra salud debido a la vitamina D que nos ayuda a fortalecer los huesos y los dientes, ya que mantiene los niveles de calcio y fósforo en la sangre.
-Fruta e hidratación: El verano nos trae una amplia variedad de frutas que nos ayudan a hidratar la mucosa oral y mantener el flujo de salivación normal, evitando la sequedad bucal que favorece el desarrollo de bacterias.
-Relajación: Las vacaciones de verano son equivalentes a liberar el estrés que afecta nuestra salud bucal, debido a que el bruxismo disminuye o desaparece al estar relajados, también dejar de morderse las uñas, practica que al morder repetidamente provoca en los dientes microtraumatismos en la dentadura.
-Higiene dental: El verano es ideal para retomar los buenos hábitos de higiene dental, acostumbrarse a ellos y mantenerlos durante el resto del año como rutina, cuando es más complejo por la falta de tiempo que nos trae la vida laboral. Cepillarse por lo menos 2 minutos después de cada comida y especialmente antes de ir a dormir, será muy importante más aún si se intensifica la higiene interdental con el uso de hilo o enjuagues.
Un buen momento para los tratamientos
Es el momento perfecto para no postergar más los tratamiento que no se pudieron realizar durante el año por falta de tiempo. Es importante que no dejes de lado tu salud bucal, que visites al dentista antes de salir de vacaciones para tener un control del estado de tus dientes y prevenir cualquier urgencia dental que se presente en el momento menos oportuno.