Nuestra cavidad oral es la segunda parte de nuestro cuerpo donde más bacterias y microorganismos conviven. Es por esto que es fundamental mantener una buena higiene bucal y cuidado durante toda nuestra vida. Debemos realizar un cuidado diario de nuestra boca y dientes, además del cuidado personal, también se debe asistir al dentista para realizar una limpieza profesional.
El primer paso que realiza el especialista es una revisión y diagnóstico de los dientes y encías para descartar alguna enfermedad. También en este proceso se puede localizar la placa bacteriana y sarro.
¿Cuál es el proceso de la limpieza?
Se elimina la placa bacteriana y el sarro a través de una punta de ultrasonido. El odontólogo presta atención al sarro que haya podido acumularse de la línea de la encía que no es visible a simple vista. Luego se limpian los espacios interdentales difíciles de alcanzar con hilo dental o cepillos interproximales.
Una vez completada la limpieza de dientes y encías, se pulen las piezas dentales. Para esto se utiliza una pasta fluorada y blanqueadora permitiendo que la superficie quede lisa y con un tono más blanco, ayudando a eliminar las manchas de los dientes.
¿Qué se debe hacer después de este proceso?
Después de terminado este proceso, el odontólogo entregará tips sobre cómo se debe realizar correctamente la higiene dental diaria para prevenir la acumulación de la placa bacteriana y se forme sarro.
Es importante mantener el cuidado de la higiene bucal, para esto se debe continuar con el cepillado diario (3 veces al día o después de cada comida), hilo dental (una vez al día) y enjuague bucal (en la mañana y en la noche).
Hay que dedicar especial atención a la limpieza nocturna, ya que la boca queda en reposo durante las horas de sueño, existiendo menos salivación, las bacterias aprovechan para atacar los dientes y depositar sus desechos.